José Luis Ortega Vidal
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Joaquín Hernández Galicia “La quina” -poderoso cacique del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana- obsequió el rancho “Los Arcos” al columnista José Luis Mejía, autor de la columna `Los intocables´ primero en el periódico El Universal y después en Excélsior.
El rancho se mantiene activo, su nombre nunca ha variado y se ubica muy cerca de la población de Sayula de Alemán en la parte veracruzana del istmo de Tehuantepec.
Apenas lo tuvo en sus manos el corrupto escribiente contactó al joven Cirilo Vázquez Lagunes, nativo del vecino poblado de San Juan Evangelista y le encargó la administración de aquel centro de producción pecuaria.
Carlos Guillén Tapia (+), periodista nacido en Acayucan -ciudad separada de Sayula apenas por nueve kilómetros- contó a quienes fuimos reporteros bajo sus órdenes en El Diario del Sur durante la década de los noventas, aquella historia sobre el regalo del cacique petrolero a un redactor defeño a guisa de “mega chayote”.
El Diario del Istmo recién había visto la luz en Coatzacoalcos -1979- bajo el impulso de Rubén Pabello Acosta, dueño y director del Diario de Xalapa.
Guillén Tapia era corresponsal de dicho periódico en Minatitlán, sede de la sección 10 del STPRM y fue contratado para la cobertura del encuentro entre “La quina” y el autor de la columna “Los intocables en el rancho “Los Arcos” vía la compra de publicidad.
Don Carlos contó aquella historia a propósito del surgimiento a la escena pública y política de Cirilo Vázquez Lagunes, llamado el cacique del sur -en referencia a esta región de Veracruz y al papel desempeñado en unos veinte municipios- quien murió asesinado un día como hoy pero quince años atrás, alrededor de las 16:30 horas del 19 de noviembre del 2006.
“Los arcos” pasaría con los años a ser propiedad de la familia Maitret, poderosos productores agropecuarios con presencia económica en todo el sur veracruzano, incluidos los límites con Tabasco, en Las Choapas.
Entre el momento del regalo del referido rancho a José Luis Mejía por parte del sindicato petrolero y la venta a la familia Maitret, empresarios con prestigio aún dueños de dicha propiedad, habría mediado un tercer dueño; dato no comprobado y en torno al cual existen distintas versiones.
Un hermano de Cirilo Vázquez Lagunes consultado sobre el tema confirmó la relación entre el cacique del sur y el periodista de El Universal y Excélsior.
Sí, cuenta en privado, mi hermano Cirilo cuidó su rancho “Los Arcos” y yo estuve allí cuando convivieron alguna vez hace unas cuatro décadas.
Otro dato importante sobre las circunstancias que rodearon el empoderamiento inicial de Vázquez Lagunes es narrado por un amigo suyo desde los tiempos de adolescencia.
- “Cirilo trabajó en Banrural, sucursal Acayucan, manejaba un Volkswagen y con los años se convirtió en `el dueño´ de Banrural; de allí sacó todos los recursos que quiso, conocía los mecanismos, y los tradujo en una mezcla de acciones contradictorias: ayudó a mucha gente y se enriqueció…”
- ¿Traía guaruras?
- Sí, con el tiempo se rodeó de un gran número de “matones”; fue la época violenta de su liderazgo, en el Acayucan de los años ochentas; llegó a dominar la Unión Ganadera Regional del Sur de Veracruz vía Floriberto Santibañez…
Otra -de las muchas historias difíciles de comprobar porque nacen desde recuerdos y versiones individuales y orales- ubica la relación de Cirilo Vázquez Lagunes con Banrural como consecuencia del respaldo político de José Luis Mejía con los políticos a cargo de Banrural desde la ciudad de México.
Apoyar a su contacto a cargo del rancho “Los arcos” vía la sucursal acayuqueña del banco habría sido algo relativamente fácil de obtener.
Cuestiono al viejo amigo de Vázquez Lagunes, a tres lustros de su asesinato: - ¿Y “el mangal”, siempre fue propiedad de Cirilo Vázquez?
- No, responde. Originalmente era propiedad de don Benito Jara un poderoso ganadero propietario de miles de hectáreas en la región de Acayucan. Al morir heredó a su hijo Alberto “beto” Jara quien vendió casi todo, incluyendo la propiedad de “el mangal” a Cirilo…
Cito a la antropóloga y doctora María Elena Roca Guzmán, catedrática de la Universidad Veracruzana:
CACICAZGOS DEL SUR DE VERACRUZ
DEL ALEMANISMO AL FIDELISMO
María Elena Roca Guzmán (1)
“La presencia de los caciques y su injerencia política vinculada a la ganadería se desarrolló en el sur de Veracruz, en la década de los cuarenta hasta los años ochenta en el siglo pasado, los personajes más representativos relacionados con esta figura estuvieron articulados con el alemanismo –corriente política que se consolida con la presidencia de la República de Miguel Alemán Valdés1- y fueron: Amadeo González Caballero, Heliodoro Merlín Alor y con menor presencia política Mario Colonna Palacios, una de sus funciones en esa etapa es la de servir para la consolidación del PRI.
La premisa del desarrollo, permitió la consolidación del alemanismo a partir de la tecnología y urbanización, planteamientos que esta corriente política plasmó de manera práctica a través de diversas obras integrales, incluso copiaron alguna realizadas por los Estados unidos, país que se consideraba como avanzado2, en esas circunstancias estuvo el proyecto denominado como la Comisión del Papaloapan3, la cual tuvo múltiples repercusiones en el Sotavento veracruzano.
La descentralización política a finales de la década de los ochenta, el pluripartidismo, la crisis económica, densidad poblacional de algunas ciudades medias como Acayucan, cuya cabecera entonces tenía cerca de 80,000 habitantes, y la presencia política de los medios de comunicación en el ámbito nacional y estatal propició un escenario político distinto al que se había dado a partir de la década de los cincuenta en el sur de Veracruz, por tanto, el surgimiento del cacicazgo de Cirilo Vázquez Lagunes tuvo algunas características diferentes a las de sus antecesores.
En el escenario político y académico de finales de los ochentas la premisa de la democracia desplazó al desarrollo, se empezó a enfatizar en las garantías individuales, los derechos civiles y políticos; sin que el Estado hubiera podido concretar para el grueso de la población los derechos económicos y sociales que constituían un criterio de validez del progreso que apuntalaba el que las poblaciones se iban desarrollando a partir del avance tecnológico el cual además generó exterminio de comunidades y deterioros ambientales.
La última transición de los cacicazgos del sur de Veracruz se efectuó en este sexenio en el escenario político actual, en el cual está presente el poder unipersonal que ejerce el ejecutivo estatal, la presencia muy visible de la delincuencia organizada, la globalización que propicia la mercantilización de la política y con ello el alto costo de las contiendas que ha generado la refuncionalización de estas figuras que por diversas razones en otra coyuntura ya se hubieran diluido, tal es el caso del cirilismo.
Los caciques adquieren una posición privilegiada en una región, básicamente por su función como mediador y a partir de que cuentan con el apoyo de algún funcionario estatal o varios de estos que tienen interés en extenderse políticamente en una área específica; en ocasiones son directamente impulsados por los ejecutivos que prefieren tratar con ellos a hacerlo con diversos dirigentes políticos; posteriormente estos personajes irán consolidando su fuerza política a partir de otros mecanismos muchos de los cuales no son legales, por tanto, al hacer una revisión sobre sus características se están considerando diversos aspectos vinculados a proceso macros, a los ejercicios de poder de los ejecutivos federales y estatales, y a la baja calidad de la democracia que pervive en la entidad, ya que la presencia y desarrolló de esta figura en el escenario polítio está acompañado de falta de legitimidad y violencia, Luisa Paré (1975:35) menciona que es una forma de control político en zonas rurales, que tiene su antecedente en el caudillo y que ejerce una mediación política caracterizada por el ejercicio informal y personal del poder para proteger intereses económicos individuales o de una fracción. Fausto Fernández Ponte4 destaca que el caciquismo tienen su razón de ser porque llenan vacíos de mando y de autoridad, se erigen en contrapesos ante la ausencia de éstos.”
(1) Cacicazgos del sur de veracruz (se-todo.com)